Cómo enseñarle a los niños
a cuidar el planeta
La consciencia ambiental no solo es cosa de los adultos por el contrario cada día es más importante desarrollar el respeto por parte de los niños a la naturaleza mediante pequeñas acciones que puedan convertirse en hábitos con los que crecerán, de este modo garantizamos que las futuras generaciones sean mucho más amables con el planeta de lo que hemos sido nosotros.
Los peques no solo aprenden con palabras y repeticiones de órdenes si no también con acciones por eso es importante enseñarlos a tomar parte activa del cuidado del medio ambiente mediante la práctica
Comienza por ser tu el ejemplo, cuando lo estés bañando cierra el grifo cada vez que no utilizas el agua y explícale al niño porque lo haces y cuál es la importancia de cuidar este recurso.
Haz lo mismo cuando se cepillen los dientes o laven las manos, trabajar en equipo hará que el peque repita la acción mucho más que si le das una orden acompañada de regaño
Con la luz puedes hacer lo mismo, si aún no tienes bombillas de bajo consumo es momento de cambiarlas y hacer la tarea con tus niños. Explícales la importancia de no dejar las luces y aparatos eléctricos encendidos si no los estamos usando, es necesario que ellos entiendan que no se trata solo de un tema de ahorro monetario si no también de valorar los recursos
Hay ciudades en las que el uso de la bicicleta o ir a pie es habitual, pero siempre es bueno que los peques entiendan que está en nuestra posibilidad reducir las emisiones de di
óxido de carbono mediante una vida más ecológica: mnos coche y más medios de transporte públicos o simples como la1. Concienciar con el apoyo de todas las personas cercanas
En la tarea de concienciar a los niños, los progenitores son los protagonistas, pero los resultados serán mejores con el apoyo de su entorno cercano: familiares, amigos, profesores... bici y nuestras piernas
Recicla en casa y deja que los niños participen activamente separando los desechos y llevándolos a sus respectivos contenedores.
Si esta es la norma en casa para ellos será simplemente lo habitual y repetirán siempre la acción
En casa reutiliza al máximo lo que sea posible incluyendo el papel, enseña a tus hijos a imprimir menos y hacerlo por ambas caras cuando no se trate de un trabajo formal para la escuela
Cuando salgan a jugar enséñale a respetar el entorno y la naturaleza a través de hábitos simples: no botar basura en la calle, no maltratar a los animales, no maltratar las plantas o árboles, tratar con amabilidad lo que lo rodea. Enséñale también a valorar el paisaje y lo que la naturaleza ha creado: llévalo a acampar y permítele que conecte con el medio ambiente
Los objetos reciclables pueden formar parte activa de la decoración de tu casa, no hay mejor forma de enseñar a un niño que algo que se puede desechar también puede usarse de otro modo y tener mayor vida útil. En nuestro artículo cómo decorar la casa reciclando te enseñamos a hacerlo
Y para la diversión también hay lugar haciendo juguetes con materiales reciclados junto a los peques.
Cinco consejos para enseñar a los niños a cuidar el medio ambiente
Inculcar una conciencia ambiental en los niños logrará que de adultos cuiden más el medio ambiente
Los expertos señalan la importancia de educar a los niños en el cuidado del entorno.
Si de pequeños se interiorizan buenas prácticas y recuerdos asociados al medio ambiente, de mayores será más fácil que se conciencien por su cuidado.
Para ello, los adultos tienen la responsabilidad de enseñar a los más pequeños valores y hábitos ecológicos. Este artículo proponecinco consejos que ayudarán a lograrlo.
El centro educativo, en el que los niños pasan buena parte de su tiempo, puede adoptar la Agenda 21 Escolar.
Gracias a este programa de Naciones Unidas, los colegios se vuelven más sostenibles y se inculca una educación ambiental entre sus participantes.
2. Educar con el ejemplo
Los niños tienen que comprender que su vida depende del medio ambiente
Los niños aprenden por imitación, sobre todo de las personas de su entorno que consideran referentes. Por ello, la educación ambiental comienza por nosotros mismos. Si los más pequeños nos ven tirar un residuo en la calle o en la naturaleza, o bien dejar las luces encendidas o los grifos abiertos sin necesidad, harán lo mismo.
La labor de concienciación debe ser constante, diaria, con paciencia.
Hay que repetir las veces que sea necesario los consejos o las pautas que el niño debería adquirir. En vez de castigar las malas conductas ecológicas, es preferible reforzar y premiar las buenas.
El niño lo interiorizará como algo positivo y le quedará mejor grabado para el futuro.
Los niños tienen que comprender que su vida depende del medio ambiente y que, si no se cuida, no podrán respirar, beber agua, comer, vestirse, etc.
Además de cómo, hay que explicarle al niño por qué.
Si se le enseña que al lavarse las manos no hay que malgastar el agua y solo usar la cantidad necesaria de jabón, hay que comentarle que el agua es un recurso escaso del que dependemos.
3. Enseñar hábitos ecológicos prácticos
No hace falta convertirse en un activista o un profesional ambiental para preocuparse por nuestro entorno. En nuestra vida cotidiana se pueden asumir unos sencillos hábitos ecológicos que, además de contribuir a cuidar el medio ambiente, ahorran dinero:
4. Relacionarles con la naturaleza
Gran parte de los niños vive en entornos urbanos y no tiene ese contacto directo con la naturaleza, necesario para conocer la importancia de cuidarlo y comprobar las consecuencias de unos malos hábitos.
Siempre que se pueda, hay que ir con ellos a la naturaleza, pasear, hacer excursiones, practicar juegos al aire libre, etc., para disfrutar de ella con respeto (evitar tirar residuos, no hacer fuegos, etc.) e, incluso, con un comportamiento más activo, como plantar un árbol.
La psicóloga y filósofa Heike Freire, autora del libro 'Educar en verde', defiende que los niños necesitan un poco de "salvajismo" diario (mancharse las manos con barro o subirse a un árbol) y que cultiven más su tendencia innata a lo "natural" (oír los pájaros, ver las flores, investigar, observar).
Cuando no se pueda ir a la naturaleza, conviene al menos acercarse a un parque urbano, una zona verde, unjardín botánico, etc.
Otra opción es "traer" la naturaleza a casa y hacerse cargo de una planta en una maceta o, incluso, de un pequeño huerto urbano, que puede ponerse en marcha en su colegio.
5. Sugerirles cultura de contenido ambiental
Los recursos educativos se han diversificado y hay que aprovecharlos para que los niños tengan más conocimientos sobre su entorno y sepan cómo y por qué deben cuidarlo. Los contenidos ambientales se pueden encontrar en formatos diversos, desde los más clásicos libros infantiles y juveniles, hasta los más modernosvideojuegos.
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