domingo, 21 de febrero de 2016

NO EXISTEN FAMILIAS PERFECTAS




 No tenemos padres perfectos, no somos perfectos, no nos casamos con una persona perfecta ni tenemos hijos perfectos. 

Tenemos quejas de unos a otros. 

Nos decepcionamos los unos a los otros. 

Por lo tanto, no existe un matrimonio saludable ni familia saludable sin el ejercicio del perdón. 

El perdón es vital para nuestra salud emocional y sobrevivencia espiritual. Sin perdón la familia se convierte en un escenario de conflictos y un bastión de agravios. 

Sin el perdón la familia se enferma. El perdón es la esterilización del alma, la limpieza de la mente y la liberación del corazón. Quien no perdona no tiene paz del alma ni comunión con Dios. 

El dolor es un veneno que intoxica y mata. Guardar una herida del corazón es un gesto autodestructivo. 

Es autofagia. Quien no perdona enferma físicamente, emocionalmente y espiritualmente. 

Es por eso que la família tiene que ser un lugar de vida y no de muerte; territorio de curación y no de enfermedad; etapa de perdón y no de culpa. 

El perdón trae alegría donde un dolor produjo tristeza; y curación, donde el dolor ha causado enfermedad.


 Papa Francisco.



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