martes, 11 de noviembre de 2014

Las recetas de la abuela, en solo 15 minutos

 Las recetas de la abuela, en solo 15 minutos



Comer en lo de mi abuela es siempre un placer, ya que cada vez que recibe invitados prepara un delicioso platillo ¡que sabe que no puede fallar! A continuación, dos de sus recetas más fáciles y rápidas, que me hacen quedar de mil maravillas cada vez que las cocino.
De niña, disfrutaba de las vacaciones en la casa de la playa de mi abuela , sentada en el banquito de su cocina mientras esperaba a que ella terminara de preparar el merengue, para saborearlo en las aspas de su batidora. Esos días, también oficiaba de “ayudanta”, cortando galletas con moldes de formas divertidas, aprendiendo a amasar con palote, pelando habas una por una y desorganizando descaradamente los imanes del refrigerador.



Nada más divertido que cocinar con la abuela.

 NADA MAS DIVERTIDO QUE COCINAR CON LA ABUELA



Por estos días, dAMARIS se sorprende al saber que mi marido y yo comemos platillos simples y prácticos: básicamente, saco algo del congelador y lo acompaño con verduras frescas. Para ser franca, debo admitir que no paso más de 15 minutos cada noche preparando la cena. “SUSANA, un puré sin mantequilla ni leche es tan solo patata pisada. Deja de contar calorías”, llegó a decirme la única vez que vino a cenar a casa, dejando de lado su tenedor.

¿La buena noticia? La próxima vez que fui a visitarla, ella me regaló uno de sus famosos ficheros de recetas escritas a mano, con opciones simples y prácticas que no llevan más de 15 minutos de preparación (aunque, en ocasiones, sí que toman bastante tiempo de cocción). A continuación, les comparto una de un platillo principal y otra de un postre, que suelo hacer cada vez que tengo invitados en casa. “¿Te cocina así cada noche?”, suelen preguntarle los extasiados comensales a mi esposo, que responde que mis poderes mágicos culinarios solo aparecen de vez en cuando. 


El plato fuerte: supremas a la crema (para 8 comensales) 

Tan simple como cortar cuatro supremas de pollo en dos, y colocar cada mitad en una fuente sobre una feta de jamón cocido doblada en dos. Condimenta con sal y pimienta a gusto, y luego apoya sobre cada presa una rebanada de queso. Cubre las supremas con 500 ml (1,05 pintas) de crema de leche, y llévalas al horno fuerte durante 50 minutos, o hasta que veas que una tentadora capa dorada se ha formado sobre la fuente.
Según mi abuela, este platillo queda muy bien servido con patatas gratinadas, que preparas espolvoreando queso parmesano sobre una fuente de patatas hervidas. Llévalas al horno durante 15 minutos.



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